Antes de que el COVID-19 llegase a nuestras vidas, los sistemas de climatización y ventilación solo eran esos “aparatos” que nos proporcionaban aire frío en verano y caliente en invierno. En el momento actual, resultan fundamentales para ganarle la batalla a la enfermedad.
Para entender la importancia de tener un sistema de climatización adecuado y una buena ventilación en nuestros espacios de trabajo, es esencial tener claro de que manera se transmite el COVID-19.
Existen principalmente dos vías de contagio:
- Contacto directo con superficies contaminadas con secreciones de un individuo infectado y que a través de nuestras manos llega a nuestras mucosas o conjuntivas.
- Transmisión por gotas respiratorias (aerosoles).
Los aerosoles son pequeñas partículas que quedan suspendidas en el aire cuando una persona respira, habla, canta, tose, etc.… para evitar su concentración es fundamental mantener ventilados los espacios cerrados, además de cumplir con el resto de las medidas que establecen las Autoridades Sanitarias.
Esta forma de contagio es la más frecuente y por este motivo resulta tan importante favorecer una buena ventilación.
Ventilación natural.
Abrir ventanas y puertas, preferiblemente de manera opuesta, para favoreces la ventilación cruzada.
Ventilación mecánica.
Maximizar la cantidad de aire exterior aportado y reducir la cantidad de aire recirculado.
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