En los últimos años, hemos evolucionado de un modelo tradicional de vestimenta a un modelo mucho más casual, más flexible y, sobre todo, más cómodo. Lo anterior no implica que no exista un dress code en la oficina, que será más o menos formal, dependiendo del sector en el que trabajemos.
El business casual es un estilo de vestimenta con diferentes definiciones. Se entiende mayormente como una combinación entre un estilo profesional incluyendo traje y camisa con elementos y modificaciones de un estilo más informal.
Teniendo esto en cuenta no debemos decantarnos por estilos de vestir demasiado sport o marcados. Hay que tener en cuenta que, por muy moderna que sea la oficina o muy vanguardista la actividad, hay ciertas prendas o estilos impropios para acudir a nuestro puesto de trabajo y más aún a una reunión de negocios, tales como bermudas, chanclas, gorras o camisetas rotas o con serigrafías o mensajes de contenido político, sexual o ideológico.
Un ejemplo de business casual para hombres es un traje abierto y sin corbata, con una camisa con el cuello más abierto que en un estilo tradicional y unos zapatos que no sean mocasines, pero que resulten elegantes en el conjunto. O bien unos pantalones (o chinos), una camisa, calcetines oscuros y zapatos de vestir. Combinar todo esto con una americana, sobre todo cuando tienes alguna reunión en perspectiva, es un éxito asegurado.
Otro ejemplo de business casual para mujeres es la combinación de una sencilla blusa utilizando una falda cerrada sobre las rodillas y zapatos que no sean de tacón o con poco tacón. O un jersey de cuello vuelto una americana y un pantalón de pinzas o incluso un vaquero elegante con tacón. También un vestido profesional sin demasiado escote y con una tela de alta calidad, con colores algo más vistosos.
Así que ya sabes, ¡¡elige tu look de acuerdo con la cultura de empresa y los compromisos laborales de ese día y A LA OFICINA!!