El metaverso es un espacio online compartido, resultado de la convergencia entre entornos virtuales y reales que permite a los usuarios caminar, hablar y visualizarse dentro de un entorno tridimensional.
Aplicado al mundo empresarial, el metaverso es un conjunto de experiencias a las que podemos acceder a través de aplicaciones como Horizon Workrooms, creada por Meta, el antiguo Facebook, que permite hacer esa inmersión en encuentros de trabajo virtuales. A través de Horizon Workrooms, se puedan celebrar reuniones, desarrollarse proyectos y llevar a cabo sesiones de formación para nuevos trabajadores, con tal realismo que pareciera que estuvieran todos juntos en la misma sala.
En este contexto, los trabajadores usarían gafas especiales y serían transportados directamente a una sala de conferencias, donde cada persona está representada por un avatar y puede interactuar con los demás o con ordenadores y proyectores presentes en el espacio.
A día de hoy, ya existen ejemplos de software de videoconferencia que invierten en la posibilidad de que los participantes puedan elegir avatares 3D para interactuar en reuniones online, lo que propicia que la experiencia se acerque al ideal de metaverso, solo que el metaverso mejora la experiencia inmersiva.
A nuestro parecer el metaverso es un complemento a la reunión física tradicional, que no va a desaparecer, en todo caso a reinventarse. ¿La razón? Que en un entorno virtual los detalles se pierden, incluso en comparación con la videocall, ya que no estás viendo el rostro de tus interlocutores.
Y por detalles entendemos tanto los que preceden a una reunión, por ejemplo, una conversación informal mientras se espera al resto de los participantes, un café, el gesto de ofrecer algo de beber… como a aquellos otros que son propios de las reuniones, como las reacciones y/o emociones de los participantes: si se sienten seguros, nerviosos, parecen sinceros, están atentos, se muestran interesados…
Esta pérdida de contacto real hace que el metaverso no sea muy recomendable para reuniones críticas o con interlocutores desconocidos, donde todos estos detalles son cruciales.
Otro de los problemas que presenta el metaverso es el de garantizar la seguridad del usuario. Por ejemplo, ¿si todos usamos avatares en el mundo virtual cómo podemos estar seguros de quién está detrás del avatar? Además del problema que presenta el destino y uso de los datos generados por las herramientas que empleamos para la inmersión. Lo que graban las cámaras de los cascos, lo que decimos, lo que escribimos en la pizarra o los documentos que intercambiamos, ¿dónde se almacenan? ¿están seguros? ¿Quién tiene acceso a ellos?
Hay quién se plantea si el metaverso podría este sustituir completamente a la actividad presencial en la oficina y no ser sólo utilizado para celebrar encuentros laborales puntuales. ¿Sería esto posible en su opinión? En la línea con un estudio desarrollado por investigadores de las universidades de Ciencias Aplicadas de Coburg (Alemania), Cambridge (Reino Unido) y Primorska (Eslovenia), en colaboración con Microsoft Research nosotros pensamos que rotundamente NO.
¿Las razones? La investigación señala que el metaverso para trabajar no es ni agradable ni productivo para los empleados, que se sienten más estresados y pueden llegar a padecer migrañas por estar toda su jornada laboral expuestos a pantallas de una forma envolvente e inmersiva. Dos de ellos incluso tuvieron que abandonar el experimento antes de tiempo debido a los fuertes dolores de cabeza, mareos y desorientación que experimentaron. Además, los sujetos percibían tener más trabajo en el metaverso que en la realidad, aunque las tareas fuesen las mismas, y sintieron más ansiedad y cansancio.
En términos cuantitativos, los autores cifraron la disminución de la productividad en un 14% y el aumento de la frustración en un 40%.
En conclusión, aunque el metaverso en empresas ya parezca consolidado, lo cierto es que el concepto se encuentra solo en una primera etapa de desarrollo. Muchas oportunidades y áreas de actividad están por venir. En este momento, las empresas que quieran participar de esta tendencia deben explorar detenidamente el impacto que puede generar en su negocio, además de evaluar aspectos de ciberseguridad, inversión financiera y calidad del material gráfico así como el impacto en el bienestar y la productividad de sus trabajadores. ¿Te atreves a entrar en el metaverso? Por lo pronto, te invitamos a hacer un viaje virtual por nuestra cartera de inmuebles.