Desde hace unos años las empresas han empezado a preocuparse por buscar fórmulas para atraer y retener talento. Una de las más valoradas es aquella que busca de una mejor conciliación familiar de los trabajadores, permitiendo compaginar su día a día con su relación laboral. Por eso, cada vez es más habitual que escuchemos hablar sobre las jornadas flexibles en el horario laboral.
Existen diferentes fórmulas para abordar la jornada flexible, a saber:
1.- Hay empresas que tienen una jornada flexible propiamente dicha, esto es, el trabajador puede elegir libremente su horario siempre y cuando el cómputo de horas realizado diariamente respete las horas estipuladas en su contrato. Esta es la opción que confiere más libertad al trabajador y es poco frecuente, dándose mayoritariamente en aquellos supuestos en que se trabaja “por proyectos”.
2.- En ocasiones, al inicio de la relación contractual, la empresa, que cuenta con diferentes horarios en distintas jornadas laborales, ofrece al trabajador elegir entre ellos. Pero una vez que el trabajador ha optado, el horario es inamovible, por lo que no puede considerarse a nuestro entender, una jornada flexible de facto.
3.- En la mayor parte de los casos, cuando la empresa refiere tener un horario flexible, realmente tiene una horquilla de incorporación a la jornada laboral que fluctúa entre media hora y dos horas. Esta opción, muy valorada por los trabajadores, da la posibilidad a la empresa de implantar una medida de Responsabilidad Social corporativa interna y tener a todos los empleados “conectados” durante las mismas horas en un amplio espectro de tiempo para no alterar la buena marcha de la actividad laboral.
¿La ventaja? A la empresa no le perjudica y el trabajador se lo pensará más a la hora de valorar aceptar una proposición de otro puesto de trabajo.
Si quieres saber más acerca de las ventajas de una responsabilidad social corporativa interna visita el video acerca de la RSC en Adventum en nuestra página de inicio